¿Conocías la exitencia de estos dos conceptos?

 

El body shaming y el slut shaming, son dos formas de ciberacoso cada vez más comunes en el espacio digital y que afectan principalmente a mujeres.

 

¿Habías oído hablar de ellas?

 

Hay muchas formas de violencia que se pueden ejercer en el mundo digital, y entre ellas, se encuentran estas dos.

 

 

Ninguna de ellas es nueva, ni nació con Internet. De hecho, ocurren desde siempre en espacios como el colegio, pero ahora se han digitalizado y se usan en las redes sociales como una herramienta para perpetuar el bullying y, muchas veces, fomentarlo.

 

Ambas prácticas afectan muchísimo más a mujeres que a hombres -sobre todo el slut shaming-.

 

Ambas buscan avergonzar o humillar a la otra persona.
(body= cuerpo y shaming= avergonzar, en inglés).

 

Es importante que sepas que las víctimas del body shaming no son solo personas con cuerpos que no siguen los estereotipos de belleza, sino que todos y cualquier cuerpo puede llegar a ser atacado.

 

Un ejemplo conocido fue el caso de la cantante Adele, quien bajó varios kilos y aún así en redes sociales muchos la criticaron.

 

El slut shaming es otra forma de ciberacoso en la que las mujeres son apuntadas, enjuiciadas y catalogadas despectivamente por suposiciones sobre cómo viven su sexualidad.

 

Esas suposiciones generalmente se basan en su forma de vestir, su apariencia o simplemente en rumores.

 

De acuerdo a un informe publicado en el 2011 por la Asociación Americana de Mujeres Universitarias (AAUW en sus siglas en inglés), el slut shaming es una de las formas de acoso más comunes a la que se enfrentan estudiantes no solo de high school, 16 a 18 años, sino también de middle school, 12 a 15 años.

 

Tenemos que entender que Internet es una extensión de la vida pública, por lo que si a tus hijos o alumnos les molestan en su colegio o instituto, seguramente esto se extenderá hasta sus redes sociales y se incrementará.

 

Recuerda que allí el alcance y la instantaneidad de la difusión son características que pueden jugar en contra.

 

La sociedad está claro que tiene que dar un cambio hacia la responsabilidad ciudadana siendo capaces de valorar las consecuencias de nuestros actos. Pero para que se haga a nivel global debe empezar antes por uno mismo.

 

¿Qué puedes hacer tú para evitarlo?

 

1. Debes ser el primero en aceptar el cuerpo de los niños que están a tu alrededor.

 

2. No lo critiques ni avergüences frente a otros.

 

3. Evita comentar y sobre todo criticar otros cuerpos, incluso el tuyo.

 

4. Enséñales que el cuerpo perfecto no existe, repítelo como un mantra.

 

5. ¿Conoces el body neutraly? Leer juntos/as sobre este movimiento en el que se promueve la aceptación del cuerpo como lo que es: un cuerpo, sin juicios y sin la necesidad de amarlo ni odiarlo.

 

6. Explícale que lo importante no es seguir cánones de belleza, sino cánones de salud.

 

7. El body shaming puede afectar fuertemente a la autoestima de un niño o niña, llevándole a la no aceptación, el autodesprecio e incluso depresión, así que pon atención en cómo habla de su cuerpo.

 

8. Intenta no emitir juicios de valor respecto a la manera en que se expresa, viste o maquilla.

 

9. Fomenta el amor propio y la seguridad personal, además de inculcarle valores como la tolerancia y el respeto.

 

10. Muéstrale la importancia de cuidar su privacidad y aprender a poner límites y a que estos sean respetados.

 

11. Es importante también generar conciencia en la comunidad. Estas conductas a veces están normalizadas, por lo que todos y todas en el colegio sepan lo que es, ayudará a que se le reconozca efectivamente como una forma de intimidación, con lo que la gente podría evitarlo.

 

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